El alfarero invierte sin desgaste existencial, en figuras características de cada región y representa a su pueblo en un marco de experiencias colectivas que a la vez le son propias, sabe que en su comunidad todos realizan la misma actividad y esto es, más que repetición, el hecho de destacar acentos comunes. Los alfareros en su mayoría se dedican también a otras actividades como la agricultura; en este sentido hay comunidades que representan a sí mismas, adquiriendo su alfarería fama internacional. Los productos del taller son parte importante de las fiestas de cada comunidad y de cada región. El trabajo del alfarero inicia desde la recolección de la materia prima, en la que usualmente participa toda la familia; hay casos en que el desplazamiento para conseguirlo o extraer el barro de los bancos naturales duplica el mérito, así como cernirlo para hacerlo maleable y plástico, tarea de vital importancia antes de humedecerlo para amasarlo.
Barro bruñido
El barro bruñido es barro pulido con brillo. Conseguir esas cualidades en el acabado de las piezas requiere de la utilización de distintos utensilios o herramientas como pueden ser un bruñidor de madera o piedra o hasta un olote. Sobar, acariciar hasta que brille. La principal pieza bruñida es indudablemente el cántaro, con el que se guarda y refresca el agua para beber. Se desarrolla en Tzintzuntzan, Patamban, Zinapécuaro, Cocucho, Huáncito e Ichán.
Barro policromado
El barro policromado es un barro multicolor. Moler, cernir, humedecer, amasar, modelar, cocer y decorar con anilinas es el proceso que realizan las mujeres de Ocumicho para producir sus multicolores esculturas, las cuales maravillan por sus impresionantes escenas bíblicas o cotidianas, así como pos sus juguetones diablos, que aparecen tanto en las últimas cenas, como un par de amantes.
Barro vidriado
El barro vidriado, llamado así por su apariencia esmaltada que parece vidrio. Una vez que se realiza la pieza se requiere de dos quemas para alcanzar su acabado, una para cocer y otra para abrillantar el vidriado, es posiblemente, el que mayor variedad de estilos y colores tiene en estar tierras. Poblados como Patamban , con su verde loza y delicadas vajillas cambray; Capula, con sus diseños punteados que en barroca decoración cubren ollas, cazuelas y vajillas; Tzintzuntzan, con sus ollas y cazuelas; Santa Fe de la Laguna, la del tradicional barro ceremonial negro para copaleros y candelabros decorados al pastillaje; San José de Gracia, y sus famosas piñas; Zinapécuaro y sus chondas “chorreadas”; Santo Tomás y Huáncito, también destacan en esta especialidad.
Barro alisado
El más humilde pero no menos bello, con sus sencillas y rotundas formas de ollas y comales se produce en Zipiajo y varias comunidades de la costa náhuatl.
Barro de alta temperatura
Requiere de arcillas resistentes a un fuego de horno de gas, esmalta sus vasijas, floreros y fuentes con bellos acabados. Patamban, Tzintzuntzan y Morelia representan el delicado quehacer de esta sofisticada técnica.
Textos: Secretaría de Turismo
Fotografía: Ariel da Silva Parreira |
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